Centro Penitenciario de Jaén.
En un campo de olivos había que proyectar una ciudad en pequeño. Una ciudad de la que no se podía salir. El proyecto divide el edificio en dos partes: la cabeza con los espacios más públicos y el pequeño recinto de mujeres, y el cuerpo al que se llegaba por un puente donde estaba la vida interior con las celdas y patios. Se propusieron dos circulaciones, la baja para los presos y la superior para los funcionarios. Las rejas eran horizontales y las ventanas también, era la forma de hacer más agradable la estancia. El paisaje es asombroso.
Obra publicada.